martes, 22 de febrero de 2011
A vueltas con Celine
"... trabajaban, al mismo tiempo que yo, en sus cobertizos y plantaciones, gran número de negros y de pobres blancos de mi estilo. Los indígenas, por su parte, no funcionan sino a estacazos, conservan esa dignidad, mientras que los blancos, perfeccionados por la instrucción pública, andan solos.
La estaca acaba cansando a quien la maneja, mientras que la esperanza de llegar a ser poderoso y rico con que están atiborrados los blancos no cuesta nada, absolutamente nada. ¡Que no vengan a alabarnos el mérito de Egipto y de los tiranos tártaros! Esos aficionados antiguos no eran sino unos maletas petulantes en el supremo arte de hacer rendir al animal vertical su mayor esfuerzo en el currelo. No sabían, aquellos primitivos, llamar “Señor” al esclavo, ni hacerle votar de vez en cuando, ni pagarle el jornal, ni, sobre todo, llevarlo a la guerra, para liberarlo de sus pasiones."
"Como la vida no es sino un delirio atestado de mentiras, cuanto más lejos estás más mentiras puedes añadir y más contento estás entonces, es lógico y normal. La verdad no hay quien la trague."
"Me parecía haber llegado al momento, a la edad tal vez, en que sabes exactamente lo que pierdes cada hora que pasa. Pero aún no has adquirido la sabiduría necesaria para pararte en seco en el camino del tiempo, pero es que, si te detuvieras, no sabrías qué hacer tampoco, sin esa locura por avanzar que te embarga y que admiras durante toda la juventud. Ya te sientes menos orgulloso, de tu juventud, aún no te atreves a reconocerlo en público, que acaso no sea sino eso, tu juventud, el entusiasmo por envejecer.
Descubres en tu ridículo pasado tanta ridiculez, engaño y credulidad, que desearías acaso dejar de ser joven al instante, esperar a que se aparte, la juventud, esperar a que te adelante, verla irse, alejarse, contemplar toda tu vanidad, llevarte la mano a tu vacío, verla pasar de nuevo ante ti, y después marcharte tú, estar seguro de que se ha ido de una vez, tu juventud, y, tranquilo entonces, por tu parte volver a pasar muy despacio al otro lado del Tiempo para ver, de verdad, cómo son la gente y las cosas."
"La llevaban dentro. No hay traje, ni lentejuelas, ni luz, ni sonrisas que valgan para engañarla, para despistarla, respecto a los suyos, los encuentra donde se escondan, los suyos; se divierte haciéndoles cantar simplemente, en espera de su turno, todas las tonterías de la esperanza. Eso la despierta, la mece y la excita, a la miseria."
"¡Abonar los surcos del labrador anónimo es el porvenir verdadero del auténtico soldado! ¡Ah, compañero! ¡Este mundo, te lo aseguro, no es sino una inmensa empresa para cachondearse del mundo! Tú eres joven. ¡Que estos minutos de sagacidad te valgan por años! Escúchame bien, compañero, y no dejes pasar nunca más, sin calar en su importancia, ese signo capital con que resplandecen todas las hipocresías criminales de nuestra sociedad: “el enternecimiento ante la suerte, ante la condición del miserable...” Os lo aseguro, buenas y pobres gentes, gilipollas, infelices, baqueteados por la vida, desollados, siempre empapados en sudor, os aviso, cuando a los grandes de este mundo les da por amaros, es que van a convertiros en carne de cañón... Es la señal... Es infalible. Por el afecto empiezan. Luis XIV, conviene recordarlo, al menos se cachondeaba a rabiar del buen pueblo. Luis XV, igual. Se la chupaba por tiempos, el pueblo. No se vivía bien en aquella época, desde luego, los pobres nunca han vivido bien, pero no los destripaban con la terquedad y el ensañamiento que vemos en nuestros tiranos de hoy. No hay otro descanso, te lo aseguro, para los humildes que el desprecio de los grandes encumbrados, que sólo pueden pensar en el pueblo por interés o por sadismo... Los filósofos, ésos fueron, fíjate bien, ya que estamos, quienes comenzaron a contar historias al buen pueblo... ¡Él, que sólo conocía el catecismo! Se pusieron, según proclamaron, a educarlo... ¡Ah, tenían muchas verdades que revelarle! ¡Y hermosas! ¡Y no trilladas! ¡Luminosas! ¡Deslumbrantes! “¡Eso es!”, empezó a decir, el buen pueblo, “¡sí, señor! ¡Exacto! ¡Muramos todos por eso!” ¡Lo único que pide siempre, el pueblo, es morir! Así es. “¡Viva Diderot!”, gritaron y después “¡Bravo, Voltaire!” ¡Eso sí que son filósofos! ¡Y viva también Carnot, que organizaba tan bien las victorias! ¡Y viva todo el mundo! ¡Al menos, esos son tíos que no le dejan palmar en la ignorancia y el fetichismo, al buen pueblo! ¡Le muestran los caminos de la libertad! ¡Lo emancipan! ¡Sin pérdida de tiempo! En primer lugar, ¡que todo el mundo sepa leer los periódicos! ¡Es la salvación! ¡Qué hostia! ¡Y rápido! ¡No más analfabetos! ¡Hace falta algo más! ¡Simples soldados-ciudadanos! ¡Que voten! ¡Que lean! ¡Y que peleen! ¡Y que desfilen! ¡Y que envíen besos! Con tal régimen, no tardó en estar bien maduro, el pueblo. Entonces, verdad, ¡el entusiasmo por verse liberado tiene que servir para algo! Danton no era elocuente porque sí. Con unos pocos berridos, tan altos, que aún los oímos, ¡inmovilizó en un periquete al buen pueblo! ¡Y ésa fue la primera salida de los primeros batallones emancipados y frenéticos! ¡Los primeros gilipollas votantes y banderólicos que el Dumoriez llevó a acabar acribillados en Flandes! Él, a su vez, Dumoriez, que había llegado demasiado tarde a ese juego idealista, por entero inédito, como, en resumidas cuentas, prefería la pasta, desertó. Fue nuestro último mercenario... El soldado gratuito, eso era algo nuevo... Tan nuevo, que Goethe, con todo lo Goethe que era, al llegar a Valmy, se quedó deslumbrado. Ante aquellas cohortes andrajosas y apasionadas que acudían a hacerse destripar espontáneamente por el rey de Prusia para la defensa de la inédita ficción patriótica, Goethe tuvo la sensación de que aún le quedaban muchas cosas por aprender. “¡Desde hoy”, clamó, magnífico, según las costumbres de su genio, “comienza una época nueva!” ¡Menudo! A continuación, como el sistema era excelente, se pusieron a fabricar héroes en serie y que cada vez costaban menos caros, gracias al perfeccionamiento del sistema. Bismarck, los dos Napoleones, Barrès lo mismo que la amazona Elsa. La religión banderólica no tardó en sustituir a la celeste, nube vieja y ya desinflada por la Reforma y condensada desde hacía mucho tiempo en alcancías episcopales. Antiguamente, la moda fanática era: “¡Viva Jesús! ¡A la hoguera con los herejes!”, pero, al fin y al cabo, los herejes eran escasos y voluntarios... Mientras que, en lo sucesivo, al punto en que hemos llegado, los gritos: “¡Al paredón los salsifíes sin hebra! ¡Los limones sin jugo! ¡Los lectores inocentes! Por millones, ¡vista a la derecha!” provocan las vocaciones de hordas inmensas. A los hombres que no quieren ni destripar ni asesinar a nadie, a los asquerosos pacíficos, ¡que los cojan y los descuarticen! ¡Y los liquiden de trece modos distintos y perfectos! ¡Que les arranquen, para que aprendan a vivir, las tripas del cuerpo, primero, los ojos de las órbitas, y los años de su cochina vida babosa! ¡Que los hagan reventar, por legiones y más legiones, figurar en cantares de ciego, sangrar, corroerse entre ácidos, y todo eso para que la Patria sea más amada, más feliz y más dulce! Y si hay tipos inmundos que se niegan a comprender esas cosas sublimes, que vayan a enterrarse enseguida con los demás, pero no del todo, sino en el extremo más alejado del cementerio, bajo el epitafio infamante de los cobardes sin ideal, pues esos innobles habrán perdido el magnífico derecho a un poquito de sombra del monumento adjudicatorio y comunal elevado a los muertos convenientes en la alameda del centro y también habrán perdido el derecho a recoger un poco del eco del ministro, que vendrá también este domingo a orinar en casa del prefecto y lloriquear ante las tumbas después de comer..."
miércoles, 24 de noviembre de 2010
Un poquito de Galeano
Los nadie
¿Democracia mundial?(lo que dice de chavez habría que matizarlo mucho pero bueno. Tiene razón en cuanto a las bolas que se meten de los "malos oficiales" en los medios. Vease "Desinformación" de editorial Paidos, que pone múltiples y sorprendentes ,por lo descarado, ejemplos)
El derecho a soñar
Deja perlas como estas
bien podemos imaginar el que queremos que sea. El derecho de soñar no figura entre los treinta derechos humanos que las Naciones Unidas proclamaron a fines de 1948. Pero si no fuera por él, y por las aguas que da de beber, los demás derechos se morirían de sed.
Los economistas no llamarán
nivel de vida al nivel de consumo,
ni llamarán calidad de vida
a la cantidad de cosas.
Los políticos no creerán que
a los pobres les encanta
comer promesas.
El mundo ya no estará en
guerra contra los pobres,
sino contra la pobreza, y la
industria militar no tendrá más
remedio que declararse
en quiebra por siempre jamás.
Nadie morirá de hambre, porque nadie
morirá de indigestión.
viernes, 18 de junio de 2010
Alguien ya lo ha dicho antes... (II)
Bueno, pues ahí van otras cuantas citas más de las que apunté cuando leía los respectivos libros, y que encierran pequeñas verdades (en mi opinión claro)...
1. Un par de citas sobre dios y la fe:
"Es evidente que este terrible misterio (Dios) no puede explicarse, lo cual significa que es absurdo, pues sólo lo absurdo rechaza explicación. Es evidente que quien lo considere esencial para su vida y felicidad debe renunciar a su razón y volver si puede a la fe ingenua, ciega y tosca, repitiendo con Tertuliano y todos los sinceros creyentes las palabras que resumen la quintaesencia misma de la teología: “credo quia absurdum” (creo porque es absurdo). Entonces cesa toda discusión y sólo permanece la triunfante estupidez de la fe".
Cita sacada de la recopilación de textos de Bakunin realizada por Maximoff ("Escritos de filosofía política")
"Lo que la plebe aprendió en otro tiempo a creer sin razones, ¿quién podría destruírselo mediante razones?" (Nietzsche, "Así habló Zaratustra").
2. Un poco más de Nietzsche, ya que estamos, sobre la hipocresía de la naturaleza humana...
"El hombre es el más cruel de todos los animales. Como más a gusto se ha sentido hasta ahora en la Tierra ha sido asistiendo a tragedias, corridas de toros y crucifixiones; y cuando inventó el infierno, he aquí que éste fue su cielo en la Tierra". (Nietzsche, "Así habló Zaratustra").
3. "La vida es una pendiente. Mientras se sube, uno mira a la cima, y se siente feliz; pero cuando se llega arriba, se ve de golpe la bajada, y el final, que es la muerte. Se va despacio cuando se sube, pero deprisa cuando se baja (...) ¿Dónde agarrarse? ¿Hacia dónde dirigir los gritos de auxilio? ¿En qué podemos creer? Todas las religiones son estúpidas, con su moral pueril, y sus promesas egoístas, monstruosamente tontas. Sólo la muerte es segura (...) Trate de desatarse de todo lo que le encierra, haga el esfuerzo sobrehumano de salir vivo de su cuerpo, de sus intereses, de sus pensamientos y de la humanidad entera, para mirar a otra parte, y usted comprenderá qué poca importancia tienen las querellas de los románticos y los naturalistas, y la discusión sobre el presupuesto (...) Usted se debatirá medio loco, ahogado en incertidumbre, gritará ¡socorro! por todos lados y nadie le contestará. Extenderá los brazos, llamará para ser socorrido, amado, consolado, salvado, y nadie vendrá. ¿Por qué sufrimos así? Es que nacimos para vivir sobre todo según la materia, y menos según el espíritu; pero a fuerza de pensar, se ha establecido una desproporción entre el estado de nuestra inteligencia engrandecida y las condiciones inamovibles de nuestra vida". (Guy de Maupassant, "Bel Ami").
4. Para acabar por hoy, una cita alegre que anima a valorar el buen humor y la broma, y sobre todo a las personas que lo propician:
"Una buena risa es una cosa excelente, y una cosa buena que anda más bien demasiado escasa: lo cual es una lástima. Así que si cualquiera, en su propia persona, concede materia para una buena broma a cualquiera, que no se eche atrás, sino empléese y déjese emplear de ese modo. Y si un hombre lleva en sí algo abundantemente risible, estad seguro de que hay más en ese hombre de lo que quizás imagináis". (Herman Melville, "Moby Dick").
lunes, 14 de junio de 2010
¡¡¡Lo conseguimos!!!
Con los pulsos acelerados decidimos acercarnos a nuestro querido Bat Pat . He de decir que se mostró desde el primer momento muy cercano y cordial con todos nosotros. Nada de divismo ni altanería como el de otras estrellas (roedoras) que no quisiera nombrar. Tal es así que accedió gustoso a otorgarnos su más alta distinción. Fuimos bendecidos con el sello que distingue a sus más eminentes seguidores.
Cierto es que hacerlo con un plástico es un poco...que se yo...más laborioso. Pero aún así pongo a los olímpicos por testigo que jamás volveré a bañarme sin la protección adecuada de mi sello ¡BAT PAT!
domingo, 13 de junio de 2010
Serie novela negra: La mirada del adios. Ross Macdonald
Estamos de vuelta en la serie novela negra. Y vuelvo con un clásico del género, Ross MacDonald. He de decir que es mi primera aproximación a este autor y el resultado es... inesperadamente satisfactorio.
Me explico. Esperaba una novela negra al uso, de manual vaya. Pero me he encontrado con que la trama es una mera excusa para sacar a relucir a los personajes que pasan por la historia evolucionando cuesta abajo sin remedio. De la imagen inicial, del juicio a priori, a la miseria inherente que encierra el ser humano, de cualquier clase o condición.
Los Chalmers contratan a Lew Archer a causa del extraño comportamiento de su hijo. Poco a poco a medida que avanza en su investigación, Archer va mucho más allá escarbando en un pasado que algunos desearían que jamás los alcanzase.
A medida que la trama se va filtrando por entre las hojas, toda clase de emociones y pasiones afloran, llevando el relato a un estadio superior del que la trama en principio nos promete.
Mientras el mundo de nuestros protagonistas se va desmoronando, poco a poco, a golpe de esquivo pasado, Lew Archer levita sobre toda la historia con la elegancia del que esta acostumbrado a mancharse. Con la dureza del que ha mirado tras la ventana del alma humana y ha visto lo que se esconde. La justicia no solo su leit motiv, es algo más, es su barrera para que las manchas no calen. El drama, lo ambiguo y endeble de la barrera.
En resumen una buena novela no adictiva, pero entretenida y con algunos diálogos realmente buenos.
Mi nota : *** (sobre 5).
de MACDONALD, ROSS
RBA LIBROS
14.00€
FDO: PATAS
viernes, 4 de junio de 2010
La canción de Albión
Como en la mayoría de estos casos, la historia no viene en uno, sino en 3 libros: "La guerra del paraíso", "Mano de plata" y "La última batalla", pero no los comentaré por separado, pues tendría que abundar en detalles, y la idea es que esto sea un post ligerito de leer, y no una parrafada tediosa.
La historia comienza con un par de estudiantes ingleses que hacen un viaje a un pueblo más o menos cercano a la Universidad de Oxford para comprobar si una noticia del periódico es cierta o no; al parecer ha sido visto por la zona un uro vivo-una especie de bisonte prehistórico, extinto en nuestros días- y los chicos quieren satisfacer su curiosidad y confirmar si todo es un montaje o no. Una vez alli, dan con un túmulo celta y, sin querer, activan un antiguo ritual que les transporta a una especie de mundo paralelo al nuestro, en otra época. Alli, el tiempo discurre de un modo diferente, y lo que sucede en años, sólo son unos minutos aqui.
Hasta aqui puede parecer una historia mediocre o incluso mala (a mi, personalmente, no me gusta nada el tema de los saltos espacio-temporales), pero a partir de este punto, se convierte en una obra genial.
El mundo al que han sido trasladados los protagonistas es Albión; el Reino Unido en época de los celtas, y ambos personajes van viviendo una serie de acontecimientos históricos y mitológicos de esta cultura.
La trilogía está plagada de detalles históricos reales, pero te los plantea como si fueran parte de una obra de fantasía; por ejemplo, hay un momento en que unos personajes hacen una ofrenda a su rey, y crean un caldero de oro con la forma de un carro tirado por dos caballos, y lo lanzan a un lago. Podría pasar como un acontecimiento sin importancia, pero ese objeto existe realmente, fue hallado en un lago, y se piensa que era una ofrenda de los celtas a sus dioses.
Los libros están llenos de detalles como ese, con elementos históricos, leyendas, mitos y multitud de aspectos culturales reales, si bien enmarcados en un contexto fantástico como es el viaje en el tiempo.
Otro detalle a añadir es que cada libro está narrado desde diferentes puntos de vista. Así, el primero de ellos narra los acontecimientos centrándose en uno de los dos estudiantes; el segundo libro está contado desde el punto de vista de un bardo, y el tercero vuelve otra vez a ser narrado tomando al estudiante como centro.
En definitiva, una trilogía genial (aunque el tercer libro flojea bastante, todo sea dicho), pero complicadísima de conseguir, ya que de momento está descatalogada. Los que podáis, conseguidla, leedla, y ya me contaréis ;)
Dek.